jueves, 21 de julio de 2011

Estamos hablando de una pasión

Una pared estaba revestida de espejos de un extremo a otro, y unas barras de madera pulida recorrían horizontalmente las otras tres. En un rincón había un piano vertical y a su lado una mesa con un gramófono anticuado, en cuya bocina negra y brillante, con forma de flor de ipomea, se reflejaba la luz. En el silencio del mediodía flotaba una neblina difusa de motas de polvo, en cuyo torbellino parecían revelarse restos de movimiento, de música, como si el ballet existiera en aquella sala tanto si se impartían clases como si no.


Inténtalo

Inténtalo

 Inténtalo y después

 sigue intentándolo

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